Cómo sería un verdadero embarazo de cine (publicado en junio de 2014)
Últimamente
hemos comentado cómo es ir al cine embarazada, las mentiras que nos cuentan las
películas sobre la gestación y qué films retratan la lactancia materna. Pero
hay algo que aún no nos hemos planteado: ¿cómo sería verdaderamente un embarazo
“de cine”? O lo que es lo mismo, ¿cómo sería para vosotras el embarazo
perfecto?
Como
siempre intento basarme en alguna referencia cinematográfica, esta vez escojo
uno de los personajes de la película “¿Qué esperar cuando estás esperando?”
(film con el que me reí bastante, como ya os comenté en su día). Y el personaje
es el de Brooklyn Decker, quien hace de lo que denominaríamos una embarazada
ideal, ya que, aparte de tener un físico envidiable, lo mantiene durante los
nueve meses, lleva tacones sin problema e incluso da a luz a gemelos sin apenas
esfuerzo (con un par de estornudos salen).
Inspirándonos
en este perfil de embarazada que nos muestra dicha comedia, vamos a enumerar lo
que sería un período de gestación “de película”:
1.
Te quedas embarazada cuando tú lo has
planificado y a la primera.
2.
Comienza el embarazo: no tienes ni naúseas ni
vómitos. Tu tripa va creciendo, y tú, más feliz que una perdiz.
3.
Engordas entre 9 y 11 kilos en los nueve meses
(los que suelen aceptar los ginecólogos como válidos).
4.
No te salen estrías (aunque para eso no hay
magia. Tendrás que ponerte crema en tu barriga creciente día a día).
5.
No se te hinchan los pies, no tienes ciática ni
dolores de espalda ni nada parecido. Y
la barriga te pesa lo justo. Estás en forma hasta la semana 40.
6.
Todo lo que comes te sienta bien. Es decir, ni
retortijones ni ardores.
7.
Todos tus antojos te están siendo concedidos.
Tus deseos son órdenes.
8.
El sexo del bebé es el que tú querías. (Seamos
sinceras, lo vamos a querer de igual manera por mucha ilusión que nos haga que
sea niña para ponerle lacitos o niño para que juegue al fútbol con papá, que al
fin y al cabo, no dejan de ser clichés).
9.
Todas las pruebas que te hacen a lo largo del
embarazo salen perfectas, incluida la del azúcar. (Te puede salir todo
impecable pero lo más probable es que al final del embarazo tu organismo ande
alterado).
10. El
bebé nace el día que te tocaba salir de cuentas. Y te pones de parto en un
horario perfecto para que pueda estar el médico que te toca y no haya que
levantarse de la cama a la madrugada para salir disparado hacia el hospital.
11. Tu
familia no se pone pesada con cosas sobre el futuro bebé (cómo se va a llamar,
el cochecito que más le conviene, si tienes que darle teta o biberón,
etcétera).
12. Y
por supuesto, el parto es coser y cantar. Rápido, poco doloroso y con un niño
sonrosado y gordete que sabe agarrarse al pecho correctamente desde su primer
segundo de vida.
Y después de esta enumeración, nuestra pregunta es: ¿un embarazo
puede reunir esas doce condiciones perfectas? Habrá quien asegure que sí, otras
dirán que algunas o, incluso, que ninguna… Pero, ¿acaso la perfección existe?
Lo bello es vivirlo, sentirlo y, sobre todo, saber que cada embarazo es único e
irrepetible, con sus cosas buenas y menos buenas, pero siempre con un único
objetivo: que nuestro bebé nazca sano. A eso me refiero cuando en cada post os
deseo un embarazo de cine. Porque el cine es magia y ¿existe algo más mágico
que la llegada de una nueva vida?