SERIES DE TELEVISIÓN MUY MATERNALES

Seguimos con el propósito de actualizar el blog semana tras semana. Esta vez, os reproduzco el segundo post que escribí para la web de ELEMBARAZO.NET, una propuesta de series de televisión para las que sois mamis o estáis a punto de serlo. 

SERIES DE TELEVISIÓN PARA MAMÁS Y FUTURAS (marzo 2014)

Después de empezar mi primer post para ElEmbarazo.net con la temática de la maternidad en el cine, no podía dejar pasar la oportunidad de comentar “la maternidad en las series de televisión”, ya que, al fin y al cabo, las series son el cine de esta era. Así es… Hoy en día ¿quién no sigue más de cuatro series de televisión a la vez? Y más tiempo que tendréis de ser adictas a alguna si ya os encontráis en la recta final del embarazo y estáis de baja laboral.

Como ocurre con el cine, si nos dedicamos a hacer una búsqueda mental por todas las producciones televisivas donde se habla de maternidad o bebés, nos puede surgir una importante diversidad, pues en todas, en algún momento nace un bebé o una mujer se queda embarazada. Pero como no se trata de aburrirnos ni hacer una tesis sobre el tema, me ceñiré a comentar dos que son estrictamente sobre maternidad y que creo que os podrían gustar, quizás cada una en una etapa distinta.

La primera es ‘Sin pegar ojo’ (o para los puristas de títulos originales, ‘Up all night’), una serie norteamericana con la siempre simpática Christina Applegate como protagonista. Creo que es ideal para la etapa de embarazo, y os diré por qué. Ante todo, es fresca, ligera y tiene humor, que es lo que sencillamente necesitamos en esta época de nuestra vida, ya que estamos especialmente sensibles. Y aunque el nombre no sea nada alentador, ya que lo último que queréis saber es que vais a dormir poco cuando nazca vuestro futuro retoño, sí que agradeceréis ver cómo se desenvuelven dos padres primerizos y totalmente inexpertos ante la llegada de su bebé, y lo que supone compaginar su vida familiar con la laboral. Y lo mejor, que tampoco necesita una continuidad, pues os tengo que confesar que siempre he visto capítulos salteados. Y es que la empecé a ver en los primeros meses de ser madre, y claro, personalmente, no he estado sin pegar ojo (he tenido esa suerte) pero mi vida sí se caracterizó una temporada como  “sin tiempo” (para otra cosa que no fuera mi bebé).

La otra serie recomiendo encarecidamente dejarla para cuando hayáis dado a luz. Y como en el caso anterior, os daré mi humilde explicación. Se trata de la producción británica que emitió Telecinco hace poco más de un año: ‘Llama a la comadrona’.  Por si no habéis oído hablar de ella, narra la historia de una joven matrona que trabaja en la zona más pobre de Londres a finales de los años 50.  Es la adaptación de unos libros autobiográficos, por lo que son historias verídicas, y francamente, llegan al corazón, episodio tras episodio. Y ¿qué quiero decir con ello? Que no es una comedia como la anterior, por lo que si estáis especialmente susceptibles, es mejor verla en la etapa de ‘mamis’, aparte de que ya sabréis lo que se siente cuando se trae un hijo al mundo, por lo que os podréis sentir mucho más identificadas, aunque eso no signifique que no dejéis caer alguna lagrimilla que otra, eso sí, la mayoría de las veces, de emoción.

Ahora mismo me encuentro enganchada a esta serie, a ‘Llama a la comadrona’. Y es que justamente la empezaron a poner en la parrilla televisiva cuando acababa de estrenarme como madre, por lo que sentía curiosidad de cómo reaccionaría ‘mi nueva yo’ al verla, pero como a veces no se puede acaparar todo, la dejé pendiente para retomar en cuanto tuviera la posibilidad. Y aquí estoy, enfrascada ya en la segunda temporada y hablando maravillas de esta producción tan bien realizada, que no quiero que os perdáis por muchas razones: por ver cómo era un parto en casa hace sesenta años, el modo en el que se trataba a las embarazadas, los medios con los que se contaba entonces, etcétera. Y en definitiva, por comprobar que por mucho que se haya medicalizado el parto en nuestros días, la maternidad es y seguirá siendo algo único e indescriptible. 

¡Hasta la próxima, estanteros!