Hace tiempo que no escribo sobre viajes y escapadas así que he decidido que hoy es el día más apropiado, pues los que habéis podido os habréis ido algún sitio en este puente, y los que no, como una servidora, habremos disfrutado de nuestra ciudad o pueblo o barrio, lo que sea. El caso es que en este macro puente parece que hay poco que hacer si uno no hace las maletas y se marcha a algún lugar recóndito o se hace unos kilómetros mínimos. Y aunque suene a topicazo, no es así. Estos días de descanso me han servido para querer más a mi ciudad: Valencia. Sí, suena a amor patriótico. Lo sé (y sé de una persona que estará orgullosa de mi cuando lea esto) pero de verdad os digo que se trata de algo que va más allá del mero sentimentalismo que te une al lugar donde has nacido. Se trata de redescubrir una ciudad, y sirve igualmente para los que son de mi tierra, como para los de Madrid, Barcelona, Sevilla o la mismísima Conchinchina.
En mi caso, se trata de Valencia, como bien os he dicho. Y sin salir de esta ciudad las posibilidades son máximas. Aparte de los típicos monumentos y lugares que hay que visitar en plan turista: el centro histórico (con la plaza de la Virgen, La Catedral, el Miguelete, la Lonja, la plaza del Ayuntamiento, el barrio del Carmen...), la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la zona del Puerto y la playa de las Arenas y la Malvarrosa, también existen otras zonas, restaurantes o sitios que vas descubriendo y que vas valorando a medida que te vas haciendo mayor.
¿Y qué sitios son esos que se pueden descubrir? Pues el barrio de Ruzafa, por ejemplo. Tiene un encanto especial que se ha acentuado en los últimos años con la apertura de cada vez más restaurantes de todo tipo, la mayoría a buen precio y de una calidad más que considerable. Si a ello le sumas las singulares tiendas que hay (de moda, decoración, etc...) y lo agradable que es pasear por sus calles y terminar tomándote algo en alguna terracita (y más con los días que han salido últimamente, algo inusual cuando nos adentramos en el invierno), te das cuenta de que puedes pasarlo muy bien sin moverte de un barrio. He descubierto varios sitios que me he acabado apuntando en mi móvil para que no se me olviden porque ¡tengo que probarlos todos y me estreso sólo de pensarlo! De restaurantes: La Galette, Ghaada, El tronco segoviano (sé que lleva muchos años pero yo aún no he tenido el gusto de probar sus -según comentan- excelentísimos cochinillos), Bocaamada, El méxico de María, Sushi y Tapas... ¡La lista es interminable! Si alguien ha tenido la suerte de comer en alguno de ellos que me diga qué tal está y así, aparte de dejarme llevar por su aspecto exterior, tengo un motivo más para entrar en uno de ellos como un personaje de dibujos animados cuando huele la comida y el humo le arrastra hasta el lugar donde está el suculento plato esperándole.
De tiendas, mis descubrimientos han sido: La casita de papel (un establecimiento singular con artículos retro y ropa bastante interesante, al menos para mi gusto), Gnomo (un espacio multidisciplinar que sólo por verlo vale la pena entrar y que tiene artículos variados y muy originales), una tienda de decoración en la calle del Clero que no he llegado a apuntarme bien su nombre pero que tenía espejos y cuadros muy chulos, además de collares, fulars y un poco de todo... Y de cafetería, Slaughterhouse, que tengo entendido que es como el UBIK CAFÉ, de Literato Azorín, un sitio muy recomendable donde puedes tomarte algo y leer un libro o incluso comprarlo.
Además de todos los sitios nuevos que estoy empezando a descubrir, hay muchísimos que ya conocía y que merecen mucho la pena; por ejemplo: La Pizarra, El Soho, Lalolaka, El rus, La lluerna, La sardinería de Ruzafa, Crepería La Naia, La pecera, Deja Vu, Radio Tránsito, Viva la pepa, La tasca de Russafa, la tetería Ain Al Russafi, Café Dublín, Augusto, Salsavana, El cafecito... Son nombres que para todo aquel que camine por Ruzafa le van a sonar. Algunos son restaurantes, otros cafeterías, otros pubs, otros teterías y algunos una mezcla de todo. Y muy recomendables.
Y ya saliendo de Ruzafa diré que este puente también me ha servido para ver el palacio de Marqués de Dos Aguas, que aún no sé si lo llegué a ver con el colegio en su día pero el caso es que por tenerlo tan cerca no me había dignado ahora de adulta a ver cómo era esa preciosa 'casita' (entre comillas lo de casita, por supuesto) por dentro. Así que animo a los valencianos que tienen tan poca vergüenza como la tuve yo y todavía no hayan entrado, a que lo hagan de una vez por todas. No se arrepentirán.
Y como Valencia es mucho más que todo lo que he contado, ¿qué os parece si le dedicamos la próxima semana otro post con lugares que merecen la pena? Así sigo con mi estela de MOSAICOS DE LUGARES hechos por partes. Y porque las horas no acompañan a la inspiración, que se me va apagando en cuanto el sueño me llama. Además, al mercat de Russafa, del que hoy no he hecho mención alguna, le debo unos cuantos párrafos de LA ESTANTERÍA porque durante este último año me he hecho fan incondicional.
¡Feliz vuelta al trabajo!
Imagen del palacio del Marqués de Dos Aguas
Sólo m queda decir, VISCA VALÉNCIA!!!
ResponderEliminarTenemos de todo y bueno en un espacio más reducido que la hace grandiosa igualmente!
Muy bien MJ, me encanta ;)
Jejeje. La verdad es que Valencia es cada día más bonita. Hoy con las hojas otoñales cayendo sobre la calle Poeta Querol la situación era de estampa.
ResponderEliminarYo también me estreso por querer probar todos los sitios nuevos que han abierto en el barrio!!!
ResponderEliminarAñade a la lista la virada, os lo recomiendo para un día entre semana.
Ana.
Añadida queda LA VIRADA!! Gracias!!
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