Es raro que LA ESTANTERÍA DE MJ no escriba posts en varios días pero se encontraba viajando por el mundo, así que lo mejor es que hoy vayamos a uno de los álbumes de sus estantes. En este caso, Verona.
En días previos a San Valentín es muy propicio ir a la ciudad italiana del amor. Gracias a Romeo y Julieta, en eso se ha convertido este precioso lugar de la región del Veneto italiano. Sí, vale, todo lo que estoy diciendo es cursi elevado a la máxima potencia. Pero ¿a quién no le gusta, al menos por un día, pasear por una ciudad donde todos los rincones nos recuerdan que existe el amor?
Sí, yo estuve unos días antes del Día de los Enamorados allí, y por lo tanto, me embriagué de todo este amor 'moñas' que desprende la historia de Romeo y Julieta en un día como éste. Empezando porque llegué y unas chicas nos regalaron unos globos en forma de corazones rosas que muy alegremente recorrieron Verona con nosotras (mi hermana y yo), y continuando con más corazones por el suelo, un mercadillo de dulces autóctonos en forma de corazón, la tienda Disney con Mickeys y Minnies enamorados, imanes de la sufrida pareja de enamorados de Shakespeare, etcétera. E incluso (y no es broma) advertí como dos perros se daban una especie de beso. (Sé que os estaréis desternillando de risa en este momento pero bueno... yo solo me limito a contar lo que vi). :)
Y para ponerle más azúcar a esta historia, llegamos a la casa de Julieta, donde entre millones y millones de corazoncitos y mensajes de amor, cada cual intenta buscar un (imposible) hueco donde poner las iniciales o el nombre completo de su amado/a junto con el suyo. Para completar esta 'ruta del amor', se puede adquirir un candado por el módico precio (entre comillas) de siete euros, y sellar así su amor; no sin antes haber hecho cola para subir al balcón de Julieta y hacerte una foto (estas dos últimas cosas directamente no las hice. Soy romántica pero tanto pastel ya me daba hasta urticaria). Pero entre tanto dulce, el toque picante lo pone la mismísima Julieta, a cuya estatua podemos acudir para tocar uno de sus senos, ya que dicen que da suerte. Pues nada, por si acaso, eso sí que lo hicimos (con fotografía incluida, claro).
Pero Verona es mucho más que todo eso. Sus bonitas calles empedradas: sus plazas, sus iglesias, sus palacios, sus museos, su Catedral y su anfiteatro Arena. Un lugar que conserva esa magia que tienen muchos lugares italianos como Venecia o Bolonia, que es la de sentirte como en otra época (al menos es así como me sentí yo). Pero sus también maravillosas tiendas de ropa, joyería, etcétera, nos hacen darnos cuenta de que estamos en el siglo XXI porque hay que hacer serios esfuerzos para que no nos dé un ataque de shopping y nos lancemos a comprarlo todo.
Para coronar este post de mi escapa a 'Verona in love' (ése era el lema de San Valentín en la città) os diré que degusté un delicioso helado llamado 'Baci di Gulietta' (beso de Julieta)... ¡Estaba buenísimo! ¿Que a qué saben los besos de Julieta? Pues nada más y nada menos que a chocolate con avellanas. Rico gelato!
Pues como tengo que seguir con mi trabajo (los periodistas, aunque no lo parezca, nunca tenemos vacaciones completas), os dejo con algunas fotografías de Verona.
Sed felices y, por supuesto, ¡a quererse mucho!
Yo estuve allí! ;)
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