domingo, 14 de noviembre de 2010

BON APPÉTIT: un film que deja buen sabor de boca

Ayer fui a ver un estreno de la cartelera de cine de esta semana. Bon Appétit. Historias de amigos que se besan se llama la película que vi. ¿A qué suena bien el título? Pues igual de agradable y tierno que el título lo es el film, una historia con tintes de comedia y también de drama dirigida por un segoviano (David Pinillos) y producida entre España, Alemania y Suiza. Así que desde el primer párrafo ya os digo que... ¡vayáis a verla ahora mismo!

Me hacía falta volver a ver una película de este tipo. ¿Y a qué tipo de historia que refiero? Pues a estos films de argumentos sencillos, sin un guión enrevesado ni secuencias repletas de tópicos y clichés cinematográficos. Me declaro una fan incondicional de este tipo de cine, en el que todo se basa en historias verosímiles de personajes muy cercanos pero añadiendo el encanto de lo agridulce, es decir, que cuenta con la alegría de la comedia y una pequeñas dosis de drama, pero sin llegar al extremo ni de un lado ni de otro. No sé si me he explicado con toda esta reflexión pero lo resumiría en que se trata de UN PURO RETRATO DE LA VIDA PERO AÑADIÉNDOLE EL ENCANTO Y LA BELLEZA de los recursos del séptimo arte. Y para explicarme aún mejor pondré ejemplos de pelis que para mi pertenecen a este 'subgénero': 'El mismo amor, la misma lluvia', 'Una casa de locos', 'El hijo de la novia', 'Mi nombre es Khan', 'Tortilla soup', 'Quiero ser como Beckham', 'El tiempo de la felicidad', 'La boda del monzón'... Como veis, estos films a los que agrupo en este mismo estilo tienen una cosa en común: que ninguna es estadounidense. Y algunas cumples otros requisitos como el choque o la relación entre diferentes culturas, un elemento que si se trata con humor e inteligencia suele resultar muy atrayente, cosa que sucede en 'Una de casa de locos', 'Mi nombre es Khan', 'Quiero ser como Beckham', 'La boda del monzón' y en la misma 'Bon Appétit', que prometo seguir comentando en el siguiente párrafo. 

Y seguimos con la película que hemos venido a comentar. Bon Appétit no trata del choque entre diferentes culturas como las producciones anteriormente citadas pero sí aparecen personajes de distintos países europeos: el protagonista es español (el actor Unax Ugalde), la chica de la peli es alemana, el amigo es italiano y el jefe supuestamente es suizo ya que el restaurante de lujo donde trabajan todos en la película está en Zurich (Suiza). Esa mezcla muestra la movilidad geográfica que existe actualmente en el ámbito laboral, especialmente entre los jóvenes europeos. Otro tema que se da en el argumento es la importancia de encontrar el sitio de cada uno, algo muy ansiado entre la juventud, especialmente en gente que está terminando la veintena y en los recién estrenados treintañeros, edad que más o menos corresponde a los personajes principales de esta historia. Pero por encima de todo eso habla del amor, un sentimiento que se hace cada vez más difícil de tratar en el cine ya que estamos cansados de ver siempre las mismas historias de "chico conoce a chica y se enamora, una serie de complicaciones les separan hasta que se vuelven a encontrar y finalmente se quedan juntos, viven felices y comen perdices"... Y por eso también me gustó Bon Appétit; porque narra una historia de amor intentando no subirse al carro de los clichés de Hollywood pero al mismo tiempo sin dar muestras de una pretensión por ser diferente y antiromántica, como ha pasado con pelis como 500 DÍAS JUNTOS, que es buen film pero quizás demasiado arrogante a mi parecer. 

Creo que no voy a deshuesar más la película pero sí terminaré diciendo que su título tiene mucho de verdad, pues Bon Appétit deja un buen saber de boca en el espectador, y por cierto, con unas ganas tremendas que ponerse a cocinar platos exquisitos como los que realizan los protas, que son unos cocineros muy chics. Pero esto es un tema aparte; el de lo maravillosas que resultan las películas sobre cocina, sobre todo a una servidora que le encanta el buen comer, asunto del que tengo intención de escribir un post un día de estos (sí, en uno de esos días en que se me acaben las ideas). Últimamente no paro de hacer promesas en los posts. ¡Espero ir cumpliéndolas una a una!

Y otra cosa, ¡añado Zurich a mi lista de ciudades que visitar porque lo que se deja ver en la película es francamente precioso!

Os dejo con el tráiler de Bon Appétit. Fijaos en la canción de la banda sonora. Me encantó. 

Y en español os digo que... ¡buen provecho!


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